Técnica mixta con acrílicos fluorescentes sobre madera.
medidas: 88 x 122 cms.
Esta obra, «Árbol de la Noche Triste», es un díptico visual entre luz y oscuridad, realidad y ensueño.
La luz del día revela un árbol ancestral, de tronco robusto y raíces aferradas a una tierra de tonos terrosos y grises. Sus ramas, desnudas y laberínticas, se extienden como venas naranjas, sugiriendo una vitalidad latente o la memoria incandescente de un pasado. La técnica mixta dota a la superficie de una textura palpable, un mapa de cicatrices y resistencia.
Bajo la luz ultravioleta, el árbol se transmuta en un ser etéreo. El fondo se sumerge en un azul cósmico, una «noche triste» de estrellas distantes y profundas. Las ramas y partes del tronco, ahora fluorescentes, arden con un fulgor melancólico, como hebras de oro líquido o el destello de una lágrima petrificada. Este es el espíritu del árbol: un esqueleto de luz, que evoca la persistencia de la esperanza o la memoria ineludible, brillando aún en la más profunda oscuridad histórica y emocional. Es un testamento a lo que persiste más allá de la vista: la esencia que se niega a ser olvidada.
