Técnica: Talla en madera de pino.
Dimensiones: 32 x 126 x 4 cms
Esta columna de pino, ahora un verde vibrante, es la voz fosilizada del pantano. Su superficie tallada no dibuja olas, sino la piel rugosa de la noche, las ondulaciones de un agua quieta donde habita el coro anfibio. Los tonos de malaquita y musgo son el eco del junco; las formas abultadas, la garganta hinchada al emitir el sonido primal.
La pieza es un testimonio vertical de la humedad, una estela donde el sonido se hizo materia. Las muescas, como notas musicales alineadas, son los «cróac» rítmicos que rompen el silencio del crepúsculo. En su simplicidad dentada, el tótem evoca la vida obstinada, el ciclo perpetuo de la lluvia y la tierra, celebrando la belleza cruda y olvidada de lo que murmura desde el fango. Es el instante en que el pino deja de ser bosque para ser estanque.
